viernes, 19 de diciembre de 2008

Joven con parálisis ya se proyecta como profesional



No es el único, pero sí quizás el más emblemático. Hernán Infanta Guerra tiene grabado a fuego en su corazón la palabra Teletón, casi como el nombre de su madre, Paola, quien nunca se dejó vencer, ni siquiera, cuando todos le decían “que no había caso”. Hace 21 años, el diagnóstico del conocido “Tite” al nacer fue una parálisis cerebral a causa de una asfixia durante el parto. “Pero eso no significa que no sea un joven integrado a la sociedad, a su liceo, a sus compañeros y a su grupo scout”, señala su madre. Una mujer de esfuerzo, que trabaja vendiendo cosméticos y que actualmente vive sola con Hernán y sus otros dos hijos, Camilo, de 19 y Romina, de 10. Su mayor orgullo por estos días, es la licenciatura de su primogénito de cuarto medio, acto que se efectuará en el Liceo Martín Ruiz de Gamboa el próximo 11 de diciembre. “Al principio fue muy difícil, en ningún colegio me lo recibían. Además, tenía que trasladarlo a pie, lloviera, tronara o hicieran 35 grados. En esa época no existía integración, o ésta era muy acotada a ciertas discapacidades. Yo era fundamental, tenía que estar allí con él, en la sala, y en cierta forma dependía de que la profesora jefe tuviera buena voluntad. Y de eso no me puedo quejar, le tocaron muy buenas profesoras”, cuenta Paola. Ahora que se licencia de cuarto medio, la incertidumbre es qué ocurrirá con él. “A través de la Dideco de la Municipalidad de Chillán estamos viendo la posibilidad de que él siga estudiando, quizás algo relacionado con computación, que tanto le gusta. Creo que hay algunos institutos que podrían acogerlo, pero eso es algo que está viendo la municipalidad”, señaló. Lo más difícil, en todos estos años, confiesa, ha sido la negativa de los colegios a la hora de buscar matrícula. “Cuando era chiquitito, lo veían como bicho raro y no se percataban que de podía salir adelante”, confesó. “Para mí, está Dios y la Teletón. Si el de arriba no le hubiera dicho a Don Francisco que creara esto, no habría pasado nada”, reconoce, a la vez que agradece a la institución, la cual sigue visitando cada mes, en San Pedro de la Paz. (MAYOR INFORMACION EN EDICION IMPRESA).


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